La ciclovía que en su momento fue anunciada como un espacio recreativo y seguro para los ciudadanos, hoy se encuentra en completo deterioro. Entre cuarteaduras en el pavimento, baños vandalizados, maleza crecida y la ausencia de vigilancia, el lugar luce abandonado y convertido en un foco de inseguridad.
La obra tuvo un costo superior a los 10 millones de pesos, recursos que prácticamente se fueron a la basura, pues nunca fue inaugurada oficialmente. Apenas a pocos meses de haber sido abierta al público comenzó a ser vandalizada, lo que derivó en su rápido abandono.
La falta de seguridad por parte de la Dirección de Prevención al Delito a cargo de Nayeli Herrera Pérez, provocó que en la zona se registraran diversos atracos, generando que la ciclovía pasara de ser un proyecto de recreación y movilidad a convertirse en un elefante blanco.
Actualmente, los sanitarios ya no cuentan con puertas, los lavamanos fueron robados, a lo largo del camino se pueden encontrar varios vidrios rotos que ponen en peligro a las personas que en alguna ocasión utilizan la ciclovía y las lámparas retiradas, principalmente en el tramo del puente Cazones 2, donde el deterioro es más evidente.
Ciudadanos lamentan que una inversión millonaria se encuentre en ruinas, sin que hasta ahora se haya dado un plan de rescate o rehabilitación para devolverle vida a este espacio que, en lugar de beneficiar, hoy representa un riesgo para la población.