*Cientos de vehículos dañados permanecen olvidados en calles y predios, generando riesgos para la población.
Poza Rica, Ver.- A dos meses de la inundación de octubre, los automóviles que quedaron atrapados por el agua siguen regados por toda la ciudad, convertidos en restos metálicos que nadie ha retirado. Lejos de ser rastros aislados del desastre, los vehículos abandonados ya forman parte del panorama cotidiano en diversas colonias, sin que exista una estrategia clara para atender su retiro.
En sectores como Morelos, Granjas, Ignacio de la Llave, 27 de Septiembre, Lázaro Cárdenas, Gaviotas, La Floresta y Palmasola, las calles exhiben carros atascados, semienterrados o incrustados en espacios donde la corriente los dejó varados. Muchos continúan cubiertos de lodo, ramas y basura acumulada, lo que evidencia que, pese al tiempo transcurrido, no ha habido acciones suficientes para limpiar estos puntos críticos.
Vecinos denuncian que varios de estos vehículos presentan daños estructurales severos, lo que hace imposible que sus propietarios los muevan por cuenta propia. Otros fueron arrastrados hasta zonas de difícil acceso, como campos deportivos, arroyos y predios particulares, donde permanecen abandonados sin ningún tipo de señalamiento o aviso por parte de la autoridad.
Con el paso de las semanas, los automóviles se han convertido en un foco de insalubridad. Dentro de ellos, el lodo estancado ya presenta gusanos y humedad en descomposición, además de residuos orgánicos y basura que generan malos olores y representan un riesgo para quienes transitan diariamente por estas áreas.
Habitantes de las colonias afectadas consideran urgente que el Ayuntamiento implemente un plan de retiro, pues mantener estos restos metálicos a la intemperie no solo afecta la imagen urbana, sino que puede detonar problemas de salud pública. Mientras no haya una intervención formal, la población seguirá conviviendo con los recordatorios más visibles del desastre que marcó a Poza Rica en octubre.


