Dulce María Sauri debe ser la próxima presidenta de la Mesa Directiva. Tendría que ser. Para el momento en que usted lee estas líneas, la votación de la planilla está atorada, no alcanzó mayoría, aunque ella incluso ya había celebrado y advertido que el próximo sería un tercer año de legislatura en el que habría continuidad a la labor encabezada por Laura Rojas: con ella al frente, también estarían Sara Rocha, como vicepresidenta, y Martha Rocha, como secretaria; las tres del mismo grupo parlamentario, con esto, el PRI se confirmaría como la tercera fuerza política en el país o, al menos, en San Lázaro. Además, como escribió: “Una terna de mujeres para la Legislatura de la paridad”; pero hubo atorón donde tendría que haber camino libre.
No debía ser de otra manera, simplemente porque así lo dice la ley. El Partido del Trabajo evidenció su ADN cuando quiso pasarse por alto el orden, cuando recurrió al Operativo Chapulín para hacerse, a la mala, como la tercera fuerza y arrebatar así lo que no le correspondía. Hasta el Presidente les tuvo que dar un jalón de orejas: “Es un asunto que corresponde al Poder Legislativo, pero sí puedo opinar como ciudadano y, además, como luchador social. Creo que hay que respetar la legalidad y no hacer lo mismo de antes, nada de maniobras por cargos; es decir, hacer cosas que, a todas luces, son indebidas (…) Se quería modificar el reglamento y como se tiene la mayoría, se puede, pero no se debe, porque la política es un imperativo ético…”, dijo por la mañana en su conferencia matutina. Había incertidumbre, razones aún más, las señaló todas López Obrador. Y muy bien el mandatario en subrayar que se tiene que respetar la ley, que no se puede triunfar a toda costa, que no se puede hacer política sin escrúpulos, porque todo eso va en detrimento de la fuerza política que representan. Muy bien que el Presidente lo diga y que lo tenga claro. Muy bien que lo exprese en Palacio Nacional, porque desde ahí no sólo lo escucharon las filas del PT, también habrá llegado el eco allá, donde en el búnker morenista preparan la renovación de su dirigencia nacional y hasta a oídos de aquellos que comen ansias por la posible consulta para enjuiciar a expresidentes. Lo tendría que haber recordado la bancada morenista, que ayer impidió que la planilla de Sauri alcanzara mayoría.
Los petistas no se apoderaron de la Mesa Directiva, sin embargo, ahí quedó la frase de Gerardo Fernández Noroña: “Yo soy el presidente de la Cámara en el corazón de México…”, porque no se quedó sin tomar protesta. Una postura tan usual en él, como bien recordó Ivonne Melgar en estas páginas.
Hoy, el Segundo Informe de Gobierno del Presidente será recibido por Laura Rojas, quien se queda, al menos, hasta el próximo sábado. Y de su labor nadie podrá decir nada alejado de la pulcritud y la disposición al diálogo con la que encabezó el último año en la Cámara de Diputados. Nadie, ni el mismo Noroña, quien reconoció su trabajo. La próxima Legislatura tendrá que estar a la altura.inas.
ADDENDUM
Por los delitos de lavado de dinero, defraudación fiscal y peculado fue detenido el presidente del patronato Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Gerardo Sosa Castelán. La detención se registró la mañana de ayer, cuando el expriista se encontraba en la Ciudad de México. Esto, en cumplimiento a una orden judicial girada en su contra por una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita. Detalle curioso, Gerardo Sosa es primo de Carlos Aniano Sosa Velasco, casero de Miguel Ángel Osorio Chong e investigado por la UIF por, presuntamente, estar vinculado al caso Odebrecht, ¿será que la pinza se cierra en torno a Osorio Chong?