El Partido Popular, el principal partido de la oposición conservadora española, prometió renovarse luego de sus malos resultados en las elecciones catalanas del fin de semana, empezando por la decisión de abandonar la sede central del partido en Madrid, en una ruptura simbólica con casos de corrupción pasados.
El líder del partido, Pablo Casado, prometió el martes a sus seguidores celebrar una convención del partido a finales de año para promover la renovación y crear un departamento de transparencia que ayude a limpiar la imagen del PP.
El PP tuvo su peor resultado en las elecciones regionales catalanas del domingo, al obtener sólo tres bancas en el Parlamento con sede en Barcelona, de 135 escaños. Además, el PP se vio superado por el partido de extrema derecha Vox, que en los últimos años ha logrado minar de forma importante el apoyo al Partido Popular.
El líder del PP achacó el mal resultado sobre todo a los efectos de un juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional, en el que un extesorero del partido encarcelado y otras cuatro personas están acusados de utilizar un fondo ilícito para pagar unas renovaciones a la emblemática sede del PP en el centro de Madrid, que la organización política ocupa desde 1983. Casado dijo que no se debería seguir ocupando un edificio cuyas reformas están siendo investigadas en los tribunales.
Casado dijo que el partido se abstendrá a partir de ahora de ofrecer explicaciones por las acciones pasadas de personas que ya no son miembros del PP.
El caso de los fondos secretos es el más reciente de una saga judicial que comenzó cuando salieron por primera vez en 2013 las acusaciones sobre la oscura contabilidad dentro del partido.
El Partido Popular ha sido una fuerza dominante en España durante las últimas cuatro décadas. Eso empezó a cambiar en 2018, cuando su exlíder Mariano Rajoy fue destituido como presidente del Gobierno en una moción de censura después de que un tribunal dictaminara que el partido recibió sobornos.
